El 18 de agosto de 1858 el adolescente Friedrich Wilhelm Nietzsche, de catorce años de edad, comenzó a narrar la historia de su vida en un cuaderno escolar. El 1 de septiembre terminó el cuaderno y concluyó su breve e intensa historia. Aquí un fragmento del mismo.
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“En el transcurso de mi corta vida había visto ya mucho dolor y aflicción y por eso no era tan gracioso y desenvuelto como suelen ser los niños. Mis compañeros de escuela acostumbraban burlarse de mí a causa de mi seriedad. Pero esto no ocurrió sólo entonces, no, también después, en el instituto e incluso más tarde, en el Gymnasium.
Desde la infancia busqué la soledad, y donde mejor me encontraba era en aquellos lugares en los que, sin ser molestado, podía abandonarme a mí mismo. Por lo general, esto sucedía en el templo abierto de la Naturaleza, donde experimentaba la más genuina de las alegrías.
Una tormenta siempre provocó en mí una impresión muy hermosa; el lejano retumbar del trueno y el ominoso resplandor de los relámpagos no hacían más que acrecentar mi respeto a Dios.”
Friedrich Nietzsche, De mi Vida, Pág. 9
